Por Mario Bustos Carra

Gerente General – Cámara de Comercio Exterior de Cuyo

La provincia de Mendoza, encuadrada en lo que en nuestro país se categoriza como “Economías Regionales”, no escapa a la matriz de problemas que las mismas tienen en Argentina. La carencia de un plan económico que le permita a las empresas y a los empresarios, tanto como a la ciudadanía en general, saber cuál es la dirección que queremos llevar, es tal vez el más grave de los problemas. Sin saber cómo, no será posible controlar la inflación, ni modificar el régimen tributario, ni dimensionar correctamente la administración del Estado, etc.

Además, Mendoza tiene características especiales y dentro de ellas, su geografía. Con un poco más del 4% de su superficie cultivada, rodeando los principales oasis se alzan los polos productivos que no sin poco esfuerzo, han transformado a la agricultura mendocina en el sostén de la economía provincial. El rubro de alimentos y bebidas es de los más importantes para nuestro desarrollo.

Nuestra provincia tiene una larga tradición exportadora. En ese aspecto, desde los envíos de ganado en pie a Chile a abastecer de nuestras frutas y hortalizas en conserva a Brasil, han ido creando una convicción exportadora que se demuestra a través del crecimiento sostenido de las mismas. Pero para llegar a esa situación, se deben vencer diversos inconvenientes climáticos y geográficos.

El clima es continental semiárido, presentando temperaturas muy elevadas en verano y muy bajas en invierno. Esto se traduce en el riesgo permanente de granizo en verano y de las heladas en invierno, y si bien en la provincia hay planes de contingencias climáticas para mitigar estos fenómenos, la elevada altura donde se conforman las tormentas graniceras dificultan su combate, y en las heladas no solamente por la baja temperatura sino por su duración, a veces impide una correcta acción de mitigación de daños.

Luego, la distancia a los puertos de salida es considerable, 1.100 kms. nos separan de Buenos Aires; 900 kms. de Bahía Blanca y el puerto de Rosario y finalmente, el más utilizado, el puerto chileno de Valparaíso, que si bien se encuentra a unos 400 kms . de distancia, hay que atravesar la cordillera hasta una altura de unos 4.000 metros. Y las intensas nevadas, más desprendimientos rocosos que pueden suceder, agregan inconvenientes a este paso fronterizo.

A pesar de que la República Argentina suscribió en el año 2016 el compromiso de “Facilitación del Comercio” que la Organización Mundial del Comercio sugirió para mejorar el intercambio y la eficiencia del mismo, aún nuestro país no lo ha puesto en práctica lo que motiva la vigencia de una serie de trámites burocráticos y administrativos que lo que consiguen es aumentar costos, erogaciones y tiempo s que bien podrían ser empleados en aumento de producción y mejoras de la competitividad nacional.

Este pequeño resumen de los inconvenientes que la producción mendocina enfrenta, resalta, como contrapartida, el esfuerzo que los sectores productivos realizan para obtener buenos resultados tanto en el producto terminado como en su calidad y tiempos de despacho. Cuando la naturaleza acompaña, cuando el marco físico y geográfico es favorable, la tarea es más sencilla. Cuando se enfrentan condiciones adversas, propias de una provincia que sólo tiene una pequeña porción de su en emprendimientos productivos, pone en mayor valor a la tarea que se realiza.

No obstante, la permanencia en los mercados internacionales de la producción de la provincia, se basa en la calidad de la misma, que logra prevalecer y ser el emblema que permite la presencia en los mercados del mundo. Lógicamente que esta calidad se consigue pues los procedimientos industriales se adaptan a los nuevos estándares.

No obstante, esta calidad se ve amenazada ya que la carencia de un plan económico y las particulares circunstancias que vive nuestro país en materia económica e institucional, en vez de ser una fortaleza, se transforma en una debilidad. En efecto, mucha influencia para la mejora constante de la calidad, se obtiene a través a de tecnología importada y como tal, necesita repuestos, reparaciones y mantención, que aunque parezca sencillo y de perogrullo, la falta de divisas y la intrincada burocracia para obtener autorizaciones para importar y pagar dichas compras externas torna el tema en un punto de débil.

Paralelamente, además de solucionar los problemas presentes, el sector tiene por delante nuevos desafíos que los tiempos actuales acortan. La Huella de Carbono, la Huella del Agua, el cuidado del medio ambiente y la protección forestal, son certificaciones sobre las que hay que trabajar prontamente pues paulatinamente los principales países con economías sólidas, comenzarán a exigirlos, de la misma manera que ya se están incluyendo análisis sensoriales en distintos productos alimenticios líquidos.

Otro tema a evaluar, cuando analizamos la situación de las exportaciones de Mendoza, es el tema de las negociaciones internacionales y los acuerdos comerciales que los países buscan y trabajan para facilitar las ventas externas.

En esto también influye la carencia de una línea clara en el manejo de la economía y nuestra inserción en el mercado mundial. Por caso, se encuentran aún en tratativas el acuerdo con Singapur y Canadá (año 2017); con México, ACE. 55 (2010), actualmente sólo la industria automotriz  y que reemplazaría el ACE 6, y el más emblemático, el del Mercosur / UE, paralizado desde el 2019.

Para graficar, Chile, competidor nuestro en varios productos, tiene los Tratados de Libre Comercio más importante del mundo: 30 Tratados, con 65 Economías que constituyen el 88% del PBI mundial, brindando acceso en condiciones preferenciales al 65% de la población del mundo. No creo que este dato merezca una mayor explicación.

Argentina acaba de finalizar un período eleccionario que por las características económicas e institucionales del país, ha sido muy complicado. Por ello, estos comentarios sobre la falta de un plan económico o sobre los vaivenes de nuestra política exterior, no debe interpretarse como posición política o como reproche a la administración pública. Es simplemente exponer una realidad o requerir de las autoridades responsables que presten atención a estas situaciones para qué, con un lineamiento debidamente consensuado con los actores de la economía, se fijen reglas claras, fijas y fundamentalmente, que perduren en el tiempo.

No se puede avanzar en consolidar el Mercosur, por ejemplo, cuando nuestro índice de inflación es absolutamente incompatible con el desarrollo de negocios o de los individuos en la sociedad. Menos aún, con una carga impositiva destinada en su mayoría a alimentar el mal gasto público, si lo decimos con benevolencia. Y de la misma manera que nos preparamos para los nuevos desafíos, afrontarlos con una legislación laboral acorde al siglo que estamos transitando.

En resumen, Mendoza enfrenta desafíos significativos en sus exportaciones, pero los productores han demostrado su capacidad para superar obstáculos y mantener altos estándares de calidad. Sin embargo, es crucial implementar un plan económico claro, realista y acorde a dar solución a la problemática actual y crear las condiciones para garantizar la sostenibilidad y competitividad a largo plazo.