En medio de la agitación económica que ha caracterizado al último año, el Decreto n° 443/2023, que introduce el 5° Programa de Incremento Exportador, ha generado un debate candente en Argentina. En particular, la atención se ha centrado en la posibilidad de que la soja y sus derivados liquiden sus divisas de exportación a un tipo de cambio del 75% oficial, con acceso al Mercado Único Libre de Cambios (MULC), mientras que el 25% restante se mantiene de libre disponibilidad, incluso para la adquisición de soja argentina mediante el dólar Mercado Electrónico de Pagos (MEP).
Mario Bustos Carra, Gerente General de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, expresó su opinión sobre esta controvertida medida y sus implicaciones para la igualdad en las políticas económicas del país.
“Es alentador ver que el gobierno nacional reconoce el desfasaje entre la cotización oficial del dólar y su valor real”, comentó Bustos Carra. “Sin embargo, la pregunta que surge es por qué este reconocimiento no se extiende a toda la producción destinada a la exportación”.
Además, destacó que, aunque algunos consideren novedosa esta propuesta, existen antecedentes de hace más de cuatro décadas en los que las divisas de exportación se liquidaban de manera similar. “No podemos menospreciar la importancia del sector sojero y su invaluable contribución a nuestra economía. Apoyar su crecimiento es, sin duda, una buena noticia para nuestro país. Sin embargo, lo que sí podemos cuestionar es la discrecionalidad en la aplicación de estas medidas”.
Bustos Carra subrayó que la toma de estas medidas con el objetivo de fortalecer las reservas monetarias podría dar la impresión de que la igualdad ante la ley es una mera declaración en la Constitución Nacional, sin otro valor que el de una letra muerta.
Bustos Carra, también resaltó la importancia del campo argentino, tanto en la Pampa Húmeda como en las diferentes producciones agrícolas regionales, como motores de la industria de alimentos y bebidas en la economía argentina. Este sector representa un impresionante 39% de las exportaciones, el 28% del PBI manufacturero y el 59% de las exportaciones de manufacturas. Además, la industria de alimentos y bebidas exporta anualmente 34.791 millones de dólares e importa 2.536 millones de dólares.
“Mejorar el tipo de cambio solo para un producto no parece ser una medida equitativa”, afirmó Bustos Carra. “Aunque es positivo que se brinde alguna mejora, aún está lejos de reflejar la cotización real del dólar”.
Concluyendo su opinión, Bustos Carra sugirió que, como representante de los sectores exportadores de la región, sería más beneficioso para la economía contar con un plan económico que establezca metas claras y reglas uniformes, creando un ambiente de estabilidad propicio para alcanzar el desarrollo que el país necesita. “Si nuestros recursos naturales son extraordinarios, los desafíos económicos no son geográficos ni ambientales. La respuesta a estos desafíos se encuentra en el factor humano, particularmente en el factor político”, concluyó.
(*)Fuente: Copal en base a INDEC y Comtrade 2022.